Para colmo, ese día tocaba jugar quemados en la clase de deportes, la excusa perfecta para que todos me usaran como su puto saco de boxeo... bueno, siempre lo hacían, solo que ese momento se volvía legal; y obviamente nadie desaprovechaba una oportunidad como esa.
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¡Qué buen capítulo! No puedo esperar a leer el siguiente :D ¡Abrazos!
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